Tres funcionarios del Ayuntamiento de Valencia comparecieron ayer ante el titular del Juzgado de Instrucción número 18 para explicar la supuesta desaparición de varias piezas pertenecientes al patrimonio de los Ruiz de Lihory, una familia con títulos nobiliarios parte de cuyas posesiones, presentes en una casa desahuciada, fueron almacenadas por el Consistorio y luego supuestamente extraviadas. Las declaraciones, provocadas por el procedimiento judicial abierto después de que Soledad Sempere, heredera de los Ruiz de Lihory, se querellara contra el Ayuntamiento presidido por Rita Barberá, fueron "contradictorias". Esa es la opinión de Martín de Oleza, el letrado de Sempere, quien mantiene que ninguno de los declarantes explicó "cómo piezas de un patrimonio muy valioso pudieron desaparecer del almacén municipal", de donde fueron trasladadas, por su importancia, a otros lugares más seguros. Los abogados municipales defienden que la querellante recuperó todas sus posesiones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de noviembre de 1998