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Entrevista:CARRIE HAMILTON HISTORIADORA

"El papel de las mujeres en ETA ha sido casi invisible"

Carrie Hamiltón (Toronto, 1966), profesora de Historia en la Universidad de Londres, cree que las mujeres en ETA no han tenido un papel muy destacado en su historia, a pesar de que algunas de ellas consideran que su situación era igual a la de los hombres. Asegura que cuestionar el papel de la mujer en el nacionalismo obliga a tener que revisar las propias esencias de éste, ya que se sustenta sobre la base de la familia en la que el papel aglutinador lo ejerce la mujer. Hamilton participa hoy en unas jornadas sobre Violencia pública y privada que ha organizado la Plataforma Política Plazandreok, formada por un grupo de mujeres de San Sebastián. Pregunta. ¿Qué diferencias establece entre violencia pública y privada? Respuesta. Son fenómenos distintos pero totalmente interrelacionados. Generalmente, cuando nos referimos a la violencia doméstica se alude a la que sucede en las relaciones personales, el fenómeno es el hombre como individuo. Cuando se habla de la violencia política normalmente se elude hablar del elemento sexual que puede haber cuando se agrede a las mujeres. P. ¿Cree que se utiliza la violencia como demostración de poder? R. Si hablamos de los conflictos políticos, del terrorismo, del ejército y de los posibles abusos de la policía, creo que sí. De todas maneras se insiste mucho en el papel de las mujeres y el efecto que produce en ellas ese tipo de violencia. Y sobre todo el papel del género en la violencia política. Las violaciones de guerra en Bosnia son un ejemplo muy claro. Era una política deliberada del Gobierno serbio el violar a mujeres musulmanas. En otros contextos, como en Irlanda del Norte, se ha aludido a malos tratos a las mujeres por parte de organizaciones paramilitares y de la policía. P. ¿El hombre ejerce en estas situaciones un papel dominante? R. No creo que sea así de tajante. Yo creo que en la práctica son los hombres los que son violentos y las víctimas son mujeres. Pero en una guerra la mayoría son hombres, son soldados. Sin olvidar el hecho de que normalmente son los hombres los que matan y son violentos y muchas veces las mujeres son las víctimas. P. ¿Qué papel han jugado las mujeres en el conflicto vasco? R. Me interesó ese tema porque hasta ahora no se había estudiado el papel de la mujer en la violencia en Euskadi. Sólo se había hablado del papel de la madre de los presos, del símbolo del discurso. Me interesaron más las mujeres militantes de una organización como ETA. La conclusión es que ha habido bastantes mujeres que se han incorporado a esa organización. P. Sin embargo, no parece que hayan jugado un papel importante en ese grupo. R. Esas mujeres, salvo la excepción de Dolores González Catarain, Yoyes, y , tal vez, por su asesinato, han sido casi invisibles. Eran casos que estaban ahí y ni en la propia izquierda abertzale ni en la otra parte del Estado se habló de ellas. El mismo concepto de una mujer no cabe en lo que es el discurso del conflicto. P. ¿A qué achaca que se haya dado ese olvido? R. El conflicto se ha construido como una guerra entre hombres y el papel que se les ha dejado a ellas ha sido de madres, viudas o de las que apoyan a esa organización. Y los comentarios que hay sobre las activistas de ETA es que son más agresivas que los hombres o prostitutas porque todo lo relacionan con el sexo. Es una situación que no es exclusiva del País Vasco, ya que situaciones similares se han producido en Irlanda del Norte o anteriormente en Italia y Alemania. P. ¿El nacionalismo vasco, de derechas o izquierdas, trata a la mujer de igual a igual? R. A pesar del lenguaje radical o revolucionario, en cualquier movimiento de liberación nacional el tema importante es el nacionalismo y no la cuestión del género, ya que eso supondría inicialmente el cuestionamiento de la familia. Y, precisamente, en el nacionalismo la familia es muy importante. No se pueden establecer diferencias ideológicas porque incluso el nacionalismo de izquierdas no desea cuestionar el papel de las mujeres. Es difícil que un nacionalista lo haga porque acabas cuestionando la nación, que es la base de su creencia política. P. ¿La participación de la mujer en ETA ha sido pasiva? R. Ha habido mujeres de esa organización con las que he conseguido hablar que consideraban que su papel era igual que el de los hombres. Yo creo que una vez dentro de la organización las mujeres han tenido que demostrar más que los hombres. Hasta el mes de septiembre no ha importado otra cosa en ese mundo que las acciones militares.

"Incluso el nacionalismo de izquierdas no desea cuestionar el papel de las mujeres"

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de noviembre de 1998