De nuevo este interesante dúo de funk-rock desplegó oleadas de magia rítmica y una contagiosa propuesta rítmica en nuestro país. Aunque, a juzgar por lo visto en sus dos anteriores visitas y lo tremedamente glamouroso de su postura, se les esperaba en un recinto más acorde con su megalomanía setentera, la banda escogió en esta ocasión un local más pequeño, ofreciendo una versión casi en maqueta de si mismos, debido a las dimensiones y el extraño sonido que tuvieron durantre toda la actuación. I.K.&V. no son precisamente un grupo sencillo y pierden brillo cuando no se les ve a lo grande.Con los superstars Espinetta y Horvilleur al frente, y dispuestos, como siempre, a impartir una clase magistral de saber estar, la banda atacó con Chaco, el tema que da título al disco que dió alas a su despegue del resto del rock latino actual. Con Demolición y Trewa se intrincó en su quinto disco, titulado Versus y con el que han intentado el desembarco en Europa. En Another one bites the dust el grupo hizo casi suyo el clásico de Queen. En la traca final, ese funk lento lleno de afectación, que parece robado a Prince o Barry White, llegó a su plenitud con el tema Jugo, donde más quedan en evidencia los apoyos musicales externos. Tal vez les sobre un pelín de pretenciosidad, pero, a cambio, tienen rollo, canciones y un directo interesante y bailable.
Illya Kuryaki & The Valderramas
Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur (voz y guitarra), Sergio Verdinelli (batería), Ricardo Pingüino Verdirame (guitarra), Fernando Malé (bajo) y D. J. G. Miceli (secuenciador y samplers). Sala Suristán. 1.500 pts. Madrid, sábado 14 de noviembre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de noviembre de 1998