La dirección de la compañía Philips se negó a comentar ayer el violento ataque perpetrado por unos desconocidos contra la esposa de Cor Boonstra, presidente del gigante de productos electrónicos que recientemente anunció un sustancial recorte de plantilla en sus factorías de todo el mundo."Es un asunto muy triste", señaló un portavoz de la compañía, "pero es la policía y la justicia los que tienen que hablar". Hans Raatjes-Boonstra, de 62 años, está en estado de extrema gravedad en un hospital de La Haya después de haber sido hallada el viernes, con las manos y los pies atados, por un automovilista en la localidad de Hoek van Holland. Presentaba conmoción cerebral y tenía múltiples heridas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de noviembre de 1998