El tratamiento con antirretrovirales no cura el sida, pero retrasa su desarrollo. A este principio aceptado por los investigadores, se pueden sumar dos nuevos descubrimientos. Un equipo de EEUU aseguró ayer que si se añade un nuevo fármaco al cóctel, las reservas del virus que permanecen latentes se reducen. Y otro austríaco presentó una molécula que impide al virus acoplarse a las células sanas y, por lo tanto, reproducirse.
El tratamiento con antirretrovirales -inhibidores de varias proteínas que alimentan el virus del sida y le permiten desarrollarse- se ha generalizado desde hace tres años y está resultando efectivos. El virus permanece escondido, latente, en algunas células. Para obligar al virus a abandonar ese estado y atacar sus reservas puede resultar efectiva la interleukina-2, según las conclusiones de la otra investigación presentada ayer. Un equipo del Instituto de Enfermedades Infecciosas de EEUU estudiaron a 26 pacientes sometidos a tratamiento antirretroviral. A 14 de ellos les suministraron dosis de esa proteína, que ayuda a reconstruir los glóbulos blancos atacados por el virus."Los resultados sugieren que en los pacientes que reciben tratamiento con antirretrovirales, la interleukina-2 puede reducir las reservas del virus", afirmó Anthony Fauci, director del instituto de investigación. Pero el equipo estadounidense no quiere echar las campanas al vuelo: al presentar los resultados ayer en Denver precisaron que la proteína no resuelve el problema, ya que el virus puede esconderse en el cerebro y en otras células del sistema inmunológico.
La molécula artificial desarrollada en Austria está compuesta por 36 aminoácidos. Bajo el nombre de T-20, los científicos que la han desarrollado aseguran que tiene una eficacia del 100% en la reducción del número de virus del sida en la sangre de los pacientes. Pero si éstos interrumpen el tratamiento el virus vuelve a multiplicarse rápidamente. Por eso sus afirmaciones, presentadas en el congreso nacional sobre la enfermedad celebrado en Viena el fin de semana, deberán ser probadas. En 1999, 11 centros de EEUU participarán en un estudio más amplio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de noviembre de 1998