El PSOE está reconsiderando su actitud respecto a Gibraltar. A ese efecto, desplazó el pasado fin de semana al Peñón una delegación que estuvo encabezada por su portavoz en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, Rafael Estrella.La representación socialista, que fue recibida por los principales responsables políticos del Peñón, incluidos el ministro principal, Peter Caruana, y el líder de la oposición, Joe Bossano, se entrevistó también con los responsables de los principales medios de comunicación y organismos financieros.
En medios del PSOE se considera que el previsible endurecimiento de la política del Gobierno de Madrid ante la falta de respuesta británica y gibraltareña a las propuestas españolas puede volver a colocar el problema en un callejón sin salida.
La actitud de Caruana, entregado a los sectores más intransigentes del Peñón, le convierte en un interlocutor poco útil para buscar soluciones en un marco de cooperación y entendimiento.
Para los socialistas, sería importante que el Gobierno de José María Aznar tuviera alguna capacidad de transmitir al británico, y a la nueva mayoría laborista, la necesidad de introducir cambios que permitan avances concretos sobre los que construir una mejor relación.
El ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, se reunió a comienzos de semana con los portavoces parlamentarios en un desayuno de trabajo, en el que explicó la situación actual en Gibraltar y adelantó algunas de las alternativas que se barajan si persiste una postura de bloqueo.
En medios diplomáticos se señaló el escaso eco que encontró en Izquierda Unida la petición de apoyo del Gobierno a una actitud más firme frente a Londres. IU parece inclinarse por una política de cooperación y diálogo como mejor vía para salir del actual callejón sin salida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de noviembre de 1998