Desde enero de este año nos hemos trasladado mi mujer y yo a vivir a la calle Antonio López. Hace ocho días hemos tenido una niña y, como es lógico, la sacamos a pasear un rato por la mañana. Pero nos encontramos con un problema, y es que si queremos ir por la acera de enfrente, o nos jugamos la vida cruzando una calle con dos carriles por sentido y vehículos circulando a gran velocidad (en menos de un año ya hemos sido testigos de más de un accidente) o tenemos que desplazarnos, en un sentido u otro, más de medio kilómetro (hasta el final de Antonio López o hasta la glorieta de Cádiz) para tener un semáforo y poder cruzar tranquilos. Además, justo enfrente hay una gasolinera donde puede adquirirse el periódico, el pan... y ya no es sólo que te la juegues cruzando, sino que con la nueva normativa de circulación encima puedes volver con una multa.Esta zona final de Antonio López está en fase de remodelación, y van a construirse un gran número de viviendas (en las que habrá niños, ancianos...), por lo que sería bueno que las autoridades competentes se adelantaran con algo tan sencillo como regular el abundante tráfico mediante al menos uno o dos semáforos con paso de peatones. - .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 2 de diciembre de 1998