Los italianos llaman pentimento a las alteraciones que hace un artista durante el proceso pictórico. Con el paso del tiempo, la pintura al óleo trasluce las figuras originales registradas en la tela y de las que luego se arrepintió el pintor. Algo de esto es lo que pasó ayer con Javier Abad. Durante dos ocasiones anteriores -en el Congreso de los Diputados, el 7 de octubre de 1994, y ante el juez Manuel García-Castellón, el 27 de marzo de 1995-, Abad fue más enfático que ayer.Ya con ocasión del juicio de Argentia Trust, Abad mantuvo conversaciones con Enrique Lasarte, "embajador" de Mario Conde. La iniciativa fue de Lasarte. El mensaje: que suavizara la versión, ofrecida en instrucción, sobre la orden que le diera Conde para que pagase 600 millones a Argentia Trust en Suiza. Abad mantuvo su versión.
Pero ayer no sólo se trataba de echar una mano a su ex colega como se le pidió en Argentia Trust. También defendía su propia gestión en Banesto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de diciembre de 1998