La denuncia de Gloria Lucila L., una colombiana de 27 años, ha permitido a la policía desbaratar una red de inmigración ilegal que se dedicaba a captar mujeres en diferentes países de América Latina, Asia y África para obligarlas, en muchos casos, a ejercer la prostitución en varios locales de alterne ubicados en las provincias de Toledo, Ávila y Salamanca.Cinco hombres, supuestos responsables de la organización, y 22 mujeres que se encuentran en situación ilegal en España han sido detenidos durante la desarticulación de la trama, según informó ayer la Dirección General de la Policía. Leandro M.C., principal responsable del grupo y titular de dos clubes de alterne en Salamanca y Ávila; José Manuel S.P., dueño de otro club en Santa Olalla (Toledo), y Lucas V.R., encargado de otro local de alterne en Chaherrero (Ávila), fueron detenidos junto a Julián M.F. y Carlos R.C., empleados del segundo.
Enlace en Brasil y Colombia
En los citados establecimientos ejercían la prostitución mujeres brasileñas, venezolanas, tailandesas, angoleñas y de otros países africanos. La policía indicó que los dueños de los clubes contactaban en Brasil y Colombia con dos mujeres que actuaban de enlace ofreciendo a las chicas trabajos que les reportarían unos ingresos mínimos de 25.000 pesetas al día.A continuación, el detenido Leandro M.C. enviaba a las mujeres reclutadas un billete de avión y 1.500 dólares (unas 210.000 pesetas).
Desde que aterrizaban en España como turistas, Leandro M.C. recogía a las recién llegadas, les retiraba el pasaporte y las trasladaba a los bares de alterne. Una vez allí, les exigía alredeodor de 500.000 pesetas por gastos de traslado y protección. Muchas se prostituían, entre amenazas, sin recibir nada a cambio, sólo para pagar su deuda. Además, a las mujeres les eran impuestas multas por falta de diligencia con la clientela, escaso rendimiento o inasistencia al trabajo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de diciembre de 1998