España y Francia bloquearon ayer el principio de acuerdo alcanzado por la Comisión Europea y Suiza para la firma de un acuerdo bilateral de libre comercio en siete grandes sectores. Francia se opuso a las concesiones hechas a Suiza en materia de transporte aéreo, y España quiere garantías de que los acuerdos en materia laboral se aplicarán a todos los trabajadores de la Unión que ya tienen un contrato de trabajo suizo, 90.000 de los cuales son españoles.
El preacuerdo alcanzado entre Bruselas y Berna excluye a los actuales contratos de menos de un año, por lo que las ventajas de libre tránsito y seguridad social no se podrían aplicar a buena parte de los 90.000 españoles que trabajan en la Confederación Helvética.Las pegas que pone Francia a la firma del acuerdo se refieren a la decisión de conceder a Suiza derechos de transporte aéreo más amplios de los autorizados por el mandato de negociación otorgado por los Quince a la Comisión Europea, la institución responsable de las negociaciones. Este mandato permitía conceder a las compañías helvéticas el derecho a volar entre Suiza y la Unión Europea (UE), pero no otorgaba las llamadas quinta y séptima libertades, que permitirían vuelos internos en la UE. Es decir, Francia admite que una compañía suiza pueda cubrir el trayecto Zúrich-París, por ejemplo, pero no el trayecto Zúrich-París-Londres o el trayecto París-Londres.
El primer ministro francés, Lionel Jospin, aprovechó ayer la entrevista que celebró con su colega austriaco y presidente en ejercicio del Consejo Europeo, Victor Klima con vistas a la cumbre europea de Viena del próximo fin de semana- para reiterarle la negativa francesa a apoyar el acuerdo con Suiza. El Gobierno suizo hizo saber a la Unión que tampoco aceptaría cerrarlo si no se le otorgaban esos derechos aéreos, por lo que el presidente de la Confederación Helvética, Flavio Cotti, suspendió su previsto viaje a Bruselas para rubricar el pacto.
Al margen del contencioso francés, España hizo saber por la mañana a través del ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, que tampoco rubricaría sino obtenía garantías sobre los derechos de los inmigrantes. Matutes declaró que esa era una materia "innegociable" y se mostró más flexible en los otros dos asuntos aún abiertos en la negociación agrícola.
Tras varios años de negociaciones, el acuerdo entre Suiza y la UE parecía por fin a punto de alcanzarse después de que la semana pasada se cerrara el mayor de los contenciosos que separaban a ambas partes: el transporte de camiones de mercancías comunitarios por territorio suizo. Las negociaciones buscan un acuerdo global en siete grandes áreas: libre circulación de personas, comercio agrícola, obstáculos técnicos a los intercambios comerciales, acceso a los mercados públicos, transportes terrestres y transporte aéreo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de diciembre de 1998