Le escribo, preocupado, luego de leer el artículo sobre menores delincuentes del 29-11-98. Allí se traza un perfil de "los jóvenes violentos" y se describen las propuestas que el Senado hará para la prevención de esta problemática. No es la primera vez que los medios (y los especialistas) presentan perfiles y propuestas de este tipo.Mi preocupación se debe a que compruebo, una vez más, que en el abordaje del problema de la violencia juvenil se está dejando de lado un aspecto esencial. Hablo de un elemento a considerar, sin el cual la especificidad de las acciones preventivas contra la violencia juvenil queda seriamente dañada. Y ese elemento es que, como muestran las estadísticas, la mayoría de quienes ejercen violencia en la juventud son varones y no mujeres. Es habitual que en los programas, investigaciones e informaciones sobre juventud violenta esto se omita.
¿Por qué los investigadores y las estrategias preventivas contra la violencia no toman en cuenta este dato tan evidente? ¿Ninguno de los que asesoraron al Senado priorizó esto? ¿Por qué se habla siempre de "los jóvenes" si este término mete a chicos y chicas en el mismo saco, difuminando y ocultando la responsabilidad masculina?
Cualquier campaña para erradicar un problema social debe, para ser efectiva, dirigirse al colectivo específico en el que se produce. Las investigaciones sobre la construcción social de la identidad han mostrado que los varones son socializados para "ejercer" la competencia, la violencia y el riesgo (y la dominación sobre las mujeres). Muchísimos jóvenes varones se "entrenan" en esos valores, creyendo que así lograrán ser "hombres de verdad", y esto es así en todos los sectores sociales. Los programas contra la violencia juvenil no pueden ignorar esto, y por eso es imprescindible que desarrollen estrategias específicas destinadas a los varones, que sean educativas y preventivas y no sólo judiciales.
En los países anglosajones ya hace tiempo que hay abordajes en ese sentido. ¿Qué nos pasa con este tema en España?- . Director del Centro de Estudios de la Condición Masculina. .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 8 de diciembre de 1998