Deseo hacerle llegar mi protesta por el contenido del artículo publicado en EL PAÍS el jueves día 3, en su página 30, donde su delegado en Santiago opina más que informa sobre la noticia de mi adhesión a la petición de un obispado para la ciudad de A Coruña.El periodista mezcla en la información sus opiniones acerca de mis creencias religiosas y mi postura pública en defensa de la libertad de voto en cuestiones de conciencia. Y llevado de su afán inquisitorial me achaca incluso ser persona que se mofa del idioma gallego.
Lamento que ser católico, defensor del derecho constitucional del bilingüismo y a la vez ser militante del PSOE constituya un anatema para su delegado en Santiago. En todo caso denuncio su calumnia, ya que nunca me he mofado del idioma gallego, idioma que me es propio, practico, he defendido y amparo e impulso institucionalmente, sin renunciar por ello a mi condición de castellanohablante, cuestión que parece molestar a su corresponsal.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de diciembre de 1998