El equipo de inspectores bajo el mando del polémico Richard Butler espera en Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Jordania las órdenes que puedan llegar desde Nueva York.La Casa Blanca considera "difícil o imposible" que se pueda reanudar el trabajo de inspección del desarme de Irak. Este país tiene ahora una excusa para no aceptar las inspecciones, de igual manera que terceros países (encabezados por Rusia) tienen una justificación para levantar unilateralmente el embargo que pesa sobre el régimen iraquí.
Caroline Cross, portavoz de la Unscom, aseguró desde Bahrein que hay 50 inspectores "sentados pacientemente a la espera de que lleguen instrucciones". Mientras, el enviado especial de la ONU, Prakash Shah, anunciaba que 150 trabajadores humanitarios regresarán a Bagdad, previsiblemente, el próximo miércoles.
Horas antes de que Clinton anunciara el final de los ataques, el inquilino de la Casa Blanca, en su discurso radiofónico de los sábados, dibujó un panorama confuso de la situación actual: "Primero, estaremos listos para usar la fuerza otra vez si Sadam lleva a cabo acciones amenazadoras", dijo Clinton antes de que acabara la operación Zorro del Desierto. "Segundo, mientras Sadam no cumpla con sus obligaciones, trabajaremos con la comunidad internacional para que las sanciones sigan vigentes".
Las obligaciones de Sadam se resumen en una palabra: cooperar. Pero de su discurso de ayer se desprende que el mandatario iraquí no piensa permitir la entrada de los inspectores.
En la reunión prevista para hoy del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador ruso, Serguéi Lavrov, repetirá lo que ha dicho en los últimos días: "Creo que nos podemos olvidar de la Unscom". David Kay, hasta hace poco miembro del equipo de inspectores, comparte esa opinión, pero apunta, que "tampoco se pierde mucho" porque el trabajo en buena medida era inútil. Más lejos fue hace unos días otro antiguo miembro del equipo de inspectores, Scott Ritter, acusado en su día por Irak de ser un espía americano. Ritter aseguró que Butler había redactado el informe siguiendo los dictados de Clinton para darle una razón contundente para lanzar la operación militar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de diciembre de 1998