El Tribunal Supremo ha prohibido a Rafael García Sánchez y Jorge García Moreno visitar en un plazo de cinco años Canet de Mar (Barcelona), donde residían, para que no se acerquen a la familia de Segismundo Pruna Horra, a quien asesinaron tras torturarle. La sentencia ratifica la sentencia de la Audiencia de Barcelona que condenaba a 20 años a Rafael y a 10 años a Jorge.
Los hechos ocurrieron en 1995. Rafael y Jorge decidieron dar "un castigo ejemplar" a un vecino que hacía llamadas telefónicas anónimas "de contenido erótico-sexual" a la mujer del primero de los citados y madre del segundo. Tras convencer a la mujer para que se citase con su conferenciante, padre e hijo, con "una barra de hierro, cinta adhesiva, cinta de embalar y un cuchillo", asaltaron al desconocido. Le golpearon la cabeza con la barra, le metieron en un coche amordazado, y le atormentaron en un paraje utilizado por "parejas en actitudes amorosas". Luego le arrastraron a un bosque "con la finalidad de provocarle la muerte", para lo que "lo ataron a otro árbol, sentado, con un largo trozo de cuerda de persiana que le daba varias vueltas al cuerpo y por el cuello, a fin de producir su estrangulamiento", como finalmente sucedió.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de diciembre de 1998