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Crítica:

Un héroe muy discreto

22.00 / DramaFr., 1996. Dir.: Jacques Audiard. Int.: Mathieu Kassovitz, S. Kiberlain. Desde san Pedro hasta nuestros días, el arte de mentir ha progresado una barbaridad. Casi tanto como la estadística. Es más: a fecha de hoy, las indecisiones del apóstol apenas ocuparían una triste separata bajo el epígrafe Las tres indecisiones de un votante temeroso. Audiard, en su segunda película, se limita a dar un gráfico ejemplo de tan soberbio progreso. Acaba la II Guerra Mundial y apuntarse al carro de la balbuciente República pasa por la puntual exhibición de un pedigrí de resistente. Kassovitz (el director de El odio) se limitirá a inventar un pasado ad hoc: desde el anonimato al heroísmo pasando por un embuste más grande que la propia vida. Así, con un ágil e irreverente combinado de comedia, drama e intriga, el realizador ofrece una sangrante disección de la impostura que nos asiste.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de enero de 1999