Unidades del Cuerpo Nacional de Policía interceptaron el martes por la noche en la salida Girona-norte de la autopista A-7 un tráiler que transportaba 4.000 kilos de hachís ocultos entre su carga legal. La operación permitió detener a los seis presuntos integrantes de una organización que utilizaba una masía de Gualta (Baix Empordà) como centro de distribución de droga hacia Europa. El valor de la droga aprehendida podría superar los 1.000 millones de pesetas en el mercado negro.
La policía sospecha que el hachís, procedente del norte de África, entró en el país en pequeñas cantidades, seguramente por algún punto de la costa catalana, y se fue almacenando en la vivienda de Gualta hasta completar la carga del camión que halló la policía. La casa había sido alquilada hace aproximadamente un mes y su situación aislada ofrecía el marco idóneo para realizar las descargas de sustancia estupefaciente sin despertar sospechas. La carga legal del camión tenía como destino Holanda, aunque se desconoce si este país era el destinatario final de la droga. El tráiler fue interceptado cuando se disponía a atravesar la frontera de la Jonquera. El propietario del camión, Antonio M. V., de 40 años, viajaba en la cabina junto al conductor, Alfonso G. M., de 30 años. Ambos fueron detenidos junto a los cuatro ocupantes de un automóvil alquilado que escoltaba al tráiler: Juan Manuel I. R., de 45 años; Enrique O. M., de 34 años; Moisés M. T., de 36 años; y Antonio G. Z. Todos los presuntos integrantes de la red tienen antecedentes policiales por tráfico de estupefacientes y no se les conoce un domicilio fijo. La droga había sido escondida en el remolque del camión, en fardos de 25 a 30 kilos, tras unas bobinas de papel. El comisario en funciones de Girona, Joan Ferragut, aseguró ayer que la desarticulación de la red de narcotráfico es fruto de una meticulosa operación que empezó hace unos dos meses, cuando se tuvo conocimiento de la presencia en la zona de algunos de los detenidos. La policía sometió a vigilancia a los integrantes del grupo, que en su mayoría residían en Barcelona y únicamente utilizaba la masía de Gualta como almacén. Ferragut aseguró que la operación fue dificultosa porque los narcotraficantes utilizaron muchos medios para borrar su rastro. Los detenidos pasarán hoy a disposición del juzgado de La Bisbal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de enero de 1999