Convergència i Unió (CiU) afrontará el nuevo curso político con una amplia reorganización de su grupo en el Congreso, que, eso sí, continuará siendo presidido por Joaquim Molins. Con su reestructuración interna, la coalición pretende hacer frente a las responsabilidades de sus miembros en las elecciones municipales y las catalanas.Molins, que será candidato a la alcaldía de Barcelona en la cita de junio con las urnas, cederá su condición de portavoz a Josep López de Lerma, quien, a su vez, renunciará a la vicepresidencia tercera de la Cámara. Mientras tanto, la portavocía adjunta, que ocupaba Josep Sánchez Llibre, pasará a Manuel Silva.
Las nuevas responsabilidades dentro del grupo de CiU se hicieron oficiales ayer, durante su primera reunión del año, mantenida en su sede de Barcelona bajo la presidencia de Molins.
El propio Molins explicó en la conferencia de prensa posterior que la nueva organización está pensada para llegar hasta el final de la legislatura española, en principio hasta comienzos del año 2000, y que la prioridad será garantizar, como hasta ahora, la gobernabilidad, aunque sin que ello signifique "dar un cheque en blanco" al Gobierno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de enero de 1999