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Indignación municipal

Según una encuesta llevada a cabo en 1996 por la Federación de Municipios de Cataluña (FMC), de 114 municipios consultados, 38 tenían barracones. Según la representante de la FMC Assumpta Baig, que desconoce el número exacto de poblaciones afectadas actualmente por la falta de instituto o escuela, esta proporción no ha disminuido con los años. Baig considera que el paisaje permanente de barracones que domina en algunos centros escolares de Cataluña está creando indignación entre los alcaldes. Y más teniendo en cuenta que se acercan las elecciones municipales. "Los ayuntamientos, junto con la comunidad educativa, han dado la cara ante los ciudadanos por la Administración autonómica y ahora no pueden cumplir sus promesas", indica. "Además se sienten engañados porque se le prometió que los barracones eran una medida provisional y no ha sido así". Y no son sólo los alcaldes de la oposición los que están indignados. Incluso militantes de los partidos de la coalición gobernante, CiU, se quejan de las promesas incumplidas: "Nos dijeron que el instituto estaría acabado en dos años y los alumnos ya llevan seis años en los barracones", se lamenta el alcalde de Tarradell (Osona), Josep Muntmany, de CDC. Los alumnos de secundaria de esta población deben estudiar en 10 barracones. Enseñanza aduce que no se puede hablar de forma peyorativa de los barracones y que la mayoría son "muy dignos". Muntmany responde irónicamente: "Si son tan dignos, ¿porqué no hay ningún director general o consejero que tenga su despacho en ellos?".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de enero de 1999