En el entorno lleno de encanto de la histórica plaza del Machete de Vitoria el local de este asador recientemente inaugurado no desmerece en absoluto. Mikel Bilbao, su propietario, ha realizado una rehabilitación alejada tanto del pastiche medievalista como del rusticismo al uso. La piedra de las paredes es la originaria, pero los detalles decorativos están a la última. Sucede algo similar con sus ofertas culinarias, en manos de un cocinero de mucho oficio como es Javier Perez. Y es que suma a las ofertas habituales de los asadores, como la morcilla con berza, mollejas, pescados a la parrilla (fresquísimos y con punto atinado), chuletones de carnes rojas, chuletillas de cordero a la parrilla y callos y morros de una inusitada suavidad, platos de factura mas moderna: unas originales croquetas de foie gras o el jugoso revuelto de cigalas y sesos. Múltiples ensaladas avalan sus deseos de huir de lo rutinario. Las más atractivas resultan, sin duda, la de bacalao y la de patata alavesa. Hay incluso recetas de altos vuelos resueltas con buena nota, como el foie gras en su jugo al Madeira con compota de frutas. Buenos postres, entre los que destacan sus cremosos helados caseros. Servicio diligente sin más pretensiones que la eficacia, que no es poco visto el panorama general. Carta de vinos escueta, sin detalle de añadas. Notable la relación calidad/precio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de enero de 1999