Poca, muy poca profesionalidad demostró L. C. G. M., de 30 años, que fue detenido en Ávila como presunto autor del robo de 43 prendas de vestir. Y es que el mismo día, pocas horas después de que el propietario del establecimiento robado hubiera presentado la denuncia, agentes policiales observaron -ya le conocían por sus antecedentes- que llevaba puestas algunas prendas de las sustraídas, pero más les sorprendió cuando vieron que la cazadora todavía tenía los bolsillos cosidos y que los pantalones vaqueros y el jersey todavía llevaban las etiquetas puestas. De este modo iguala en despiste, o quizá supera, otro caso sucedido en la capital hace años, cuando un delincuente perdió el carné de identidad en el lugar de los hechos.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de enero de 1999