Ocho meses de tensas negociaciones, salpimentadas incluso con amenazas mutuas de ruptura, han necesitado Convergència Democràtica y Unió Democràtica para desbloquear la aplicación del pacto que ambos partidos suscribieron en mayo de 1998 para la formación de las candidaturas municipales de la coalición CiU. Después de esos ocho meses, los secretarios generales de Convergència, Pere Esteve, y de Unió, Ignasi Farreres, presentaron ayer el acuerdo definitivo entre ambos partidos para distribuirse las candidaturas municipales en las 110 ciudades catalanas de más de 12.000 habitantes. Los términos del acuerdo conceden a Unió un pequeño incremento en número de alcaldables de CiU respecto a las elecciones locales de 1995. Los democristianos encabezarán ahora siete candidaturas más que en 1995. En aquella fecha, en esas mismas 110 ciudades, Convergència tuvo 101 alcaldables por 9 de Unió. En las elecciones municipales del próximo mes de junio, esa diferencia quedará ligeramente reducida en 94 a 16. Convergència le ha cedido en esta ocasión a Unió ocho de sus cabeceras de lista de 1995: Cardedeu, Malgrat, Manlleu, Palau de Plegamans, Esplugues, Banyoles, El Pont de Suert y Constantí. Los democristianos, por su parte, han puesto en manos de los convergentes dos de las que tuvieron en las últimas municipales: Sabadell, una de las primeras ciudades catalanas, y Sant Just Desvern. El pacto municipal que la coalición nacionalista suscribió el pasado mes de mayo preveía que fueran las organizaciones locales de ambos partidos las que decidiesen en cada caso sus candidaturas municipales. Pero enseguida un reguero de conflictos entre ambos aliados puso de manifiesto que eso no iba a ser así. Al final, han sido las direcciones de ambos partidos las que han tenido que diseñar hasta el último detalle de la aplicación del pacto municipal de la coalición. Esteve admitió ayer que el método pactado en mayo "es mejorable", a pesar de lo cual se ratificó en su validez. Farreres aseguró, por su parte, que el pacto de mayo "ha funcionado bien". Y ambos hicieron hincapié en que el resultado final de la larga negociación es beneficioso para el conjunto de la coalición.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de enero de 1999