La acción duró media hora. Tres reclusos de la prisión de Valdemoro intentaron fugarse anoche con la ayuda de una ganzúa y de varias cuerdas para escalar los muros. Sólo lo consiguieron con el primero. En cuanto pusieron el pie en la zona de seguridad, los sensores saltaron y las alarmas empezaron a sonar. Al verse rodeados por la Guardia Civil, se entregaron sin ofrecer resistencia. Todo quedó grabado en las cámaras de la prisión. Sucedió a la hora de la cena, después del recuento. Santiago Cobos Fernández, José Manuel Espada Prieto y Juan Carlos Martínez Bertoli, tres presos condenados por diversos delitos y a la espera de otros juicios pendientes, aprovecharon el barullo del comedor -en las cárceles se utiliza el sistema de autoservicio- para escabullirse hacia un rincón, forzar una puerta con la ganzúa y salir al patio. Una vez allí, esperaron unos minutos y se encaramaron al primer muro a través de unas terrazas. La hazaña apenas dio para más.Sobre las nueve de la noche, media hora después de que intentaran la fuga, estaban de nuevo a buen recaudo. Además de los agentes de la Guardia Civil, que fueron los que neutralizaron el intento de fuga, la acción también había sido ya descubierta por los funcionarios de la torre de seguridad. José Manuel Espada tuvo que ser trasladado a un centro sanitario, porque al saltar el muro resultó con diversas contusiones. Los presos, que se encontraban en el módulo siete de preventivos, fueron considerados anoche como peligrosos por fuentes de la prisión. Estas fuentes destacaron a este periódico el buen funcionamiento de los sistemas de seguridad, que permitieron resolver la situación de peligro en sólo unos minutos.
El intento de fuga se produce justo dos días después de que los máximos responsables del sindicato ACAIP -el mayoritario en las cárceles- denunciaran precisamente que los sistemas de seguridad de Valdemoro estaban estropeados.
Un portavoz de la dirección general de Instituciones Penitenciarias alertó anoche sobre el peligro que este tipo de denuncias pueden acarrear.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de enero de 1999