En 1568, unos 15 moriscos se encargaron de subir a la Giralda la veleta de Bartolomé Morel, que representa a la Fe Victoriosa. Ayer, poco antes de las 11.00, una grúa de 134 metros izaba la réplica del Giraldillo, del escultor José Antonio Márquez, a la cúspide de la torre almohade, donde permanecerá por tiempo indefinido. "Ninguna obra humana es eterna", dijo el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo. Se desconoce aún si la veleta original, que será restaurada en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, volverá a coronar la Giralda alguna vez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de enero de 1999