La consejera de Cultura de la Junta, Carmen Calvo, visitó ayer en Málaga las últimas obras de rehabilitación realizadas en la catedral de Málaga, unos trabajos financiados por la Consejería que acaban tres meses antes de lo previsto. La intervención comprendía la restauración y limpieza de la fachada sur; la de la torre mocha; trabajos en el atrio y asentamiento de humedades, grietas y fisuras en los cupulines del techo de la catedral. Las obras han sido financiadas por la Junta, han costado 109 millones de pesetas y las ha dirigido el arquitecto Tristán Martínez. "Lo normal es prorrogar los plazos porque suelen surgir contratiempos, así que estoy doblemente satisfecha", admitió Calvo, que recordó que con esta obra la Junta "cumple su promesa de convertir las catedrales andaluzas en objeto prioritario de la política cultural y patrimonial". Contando con esta inversión, la Junta lleva gastados en la catedral de Málaga 534 millones de pesetas, de un total de 4.000 millones para todas las catedrales andaluzas, cantidad que la consejera comparó con los 1.500 millones que para toda España destina el Gobierno a su Plan Nacional de Catedrales. Calvo anunció que en pocas semanas se presentarán nuevas actuaciones sobre otros templos muy deteriorados de Málaga, como San Felipe Neri, y que el plan Director de la Catedral de Málaga está a punto de concluir. Tampoco perdió la oportunidad de lanzar un dardo a Celia Villalobos, quien ayer desde Fitur olvidaba el Museo Picasso como uno de los atractivos de la Málaga del futuro mientras pedía a la Junta 800 millones para "actuaciones culturales". "En toda Europa están pendientes de un museo que será impactante y ella no lo recuerda", apuntó Calvo, y añadió que le parecía "extraña" la actitud de un alcalde que "se dedica a pedir dinero a los demás en vez de gestionar e invertir el superávit que tiene de 2.000 millones". Concluyó afirmando que esperaba "mayor entendimiento" con el Ministerio de Cultura tras la toma de posesión de Mariano Rajoy.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de enero de 1999