La alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, pidió ayer que la ciudad mantenga viva la memoria del concejal del PP Alberto Jiménez-Becerril y de su esposa, Ascensión García Ortiz, asesinados hace un año por ETA. Becerril, durante el acto oficial de rotulación de dos calles sevillanas con los nombres de los asesinados, reclamó que se honre a las víctimas del terrorismo y deseó que "estos cientos de vidas no hayan sido en balde" y se posible "construir la paz". La alcaldesa pidió a los familiares que "enseñen bien" a los tres huérfanos del matrimonio, de cinco siete y ocho años, "por qué murieron sus padres" y les transmitan, dijo, "el cariño de la ciudad". En la foto, familiares y amigos de las víctimas, reflejados en la lápida durante el acto celebrado ayer en el cementerio de Sevilla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 31 de enero de 1999