Las ratas se han comido una buena parte de la esterilla del descansillo de Luis Noguerol. El descaro de los roedores en la calle del Río Genil, en el barrio de Torrefiel en Valencia, no conoce límites. Asustan a niños y adultos, y campan a sus anchas. Las toneladas de inmundicias que se acumulan en una nave industrial abandonada han permitido su proliferación. Medio centenar de vecinos salieron ayer a la calle con pancartas para protestar contra el exceso de ratas, la suciedad y la degradación que sufre la calle: No tienen alcantarillado, ni semáforo, apenas hay farolas y la calzada es un pedregal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 31 de enero de 1999