El martes 12 de enero de 1999 pedimos a Repsol que nos llenara un tanque de gas. Lo solicitamos, además de por favor, con carácter de urgencia, por tener una persona de 86 años enferma y sin calefacción.Llegado el jueves, viernes y sábado, y viendo que no servían el gas, hicimos multitud de llamadas y jamás pudimos hablar con un responsable. Las telefonistas deben tener órdenes estrictas. Y cuando, según el contrato, se comprometen a servir dentro de cuatro días como máximo, no aparecen con el gas hasta el miércoles 20 de enero de 1999, y si malo es no poder ni guisar por no tener gas, peor todavía es comprobar que no te hacen el menor caso.
¿No podrían prever que en invierno hay que tener mayor capacidad de distribución? Eso sí, se rumorea la fusión con Endesa. Y es que estos señores no piensan más que en sus concentraciones, en su poder; y el cliente, ese pobre ser anónimo sin poder, ¡qué importa! Porque si te pasas a Gas Natural resulta que también es de Repsol.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 31 de enero de 1999