Las manos, más que la boca o las vías respiratorias, constituyen una de las principales vías de contagio de catarros y resfriados, según el neumólogo Antonio Torres, experto de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). "Por eso es preferible dar un beso en la mejilla del amigo acatarrado que saludarle con un caluroso apretón de manos". Otra idea equivocada acerca del catarro es, según Torres, que se contrae a causa de un enfriamiento, lo que lleva a muchas personas a abrigarse en exceso. Abrigarse demasiado no sólo no evita el catarro, sino que obstaculiza la respiración y la secreción normales de la piel.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de febrero de 1999