El tránsito de la peseta al euro daría a estas alturas para escribir un libro, y lo que le ocurrió a Bancaja, primera entidad financiera de la Comunidad Valenciana, el pasado 4 de enero figuraría entre las primeras páginas. La rocambolesca historia comenzó cuando un cliente ordenó el 4 de enero a su oficina de Bancaja la compra de alrededor de 1.000 acciones de la cadena Telepizza. Un empleado de la oficina envió por error a la central de la caja de ahorros una petición de mil millones de pesetas en acciones de esta cadena de comida rápida, en lugar del millar de títulos solicitados por el cliente.
El sistema informático de Bancaja, dotado de controles para revisar las operaciones que exceden de los 25 o 30 millones de pesetas, no funcionó adecuadamente la primera jornada laborable de 1999, dado que la entidad todavía estaba adaptando sus equipos a la nueva moneda única europea. Esto explica que la alarma no saltara y, por tanto, la compra se consumara.
La entidad financiera se percató del error cuando se anotó al cliente la compra de sólo mil títulos, por importe de 1.416.000 pesetas. El resto, cerca de un 0,3% del capital de Telepizza, pertenecía a Bancaja. Pero los mercados bursátiles fueron benévolos y las acciones se revalorizaron cerca de un 30%, oportunidad que Bancaja aprovechó para colocar esta inopinada cartera de acciones entre su red de clientes, al parecer con ganancias, según publicaba ayer el diario valenciano Levante.
Un portavoz oficial de Bancaja admitió ayer el error, pero se negó a facilitar cualquier otro dato sobre el caso. "La entidad no tiene nada más que decir", recalcó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de febrero de 1999