Invitar a consumir droga, como la cocaína, en una fiesta entre amigos, constituye un delito que puede condenarse con penas de cárcel. Así lo declara la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, en una sentencia que ha confirmado las penas de dos años y cuatro meses de privación de libertad y la multa de un millón de pesetas, impuestas por la Audiencia Provincial de Sevilla. Según los hechos declarados probados, el condenado se quedó dormido durante la fiesta a causa de la ingestión de droga y bebidas alcohólicas, lo que aprovecharon sus invitados para robarle dos relojes y 720.000 pesetas. La víctima del robo denunció los hechos, que se volvieron contra él, quien fue condenado por un delito de narcotráfico.
El Supremo reitera su doctrina de que la invitación al consumo de droga, aunque no exista ánimo de lucro, es delito, al igual que la donación. Recuerda que, en este caso, además, uno de los amigos del condenado que esnifaron la cocaína -varias rayas- era la primera vez que lo hacía, con lo que existe más fundamento para la protección penal.
El Supremo recuerda que, en cambio, no hay responsabilidad penal si se suministra droga a un familiar o persona allegada "para impedir el riesgo de un posible síndrome de abstinencia".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de febrero de 1999