Señor consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés, gracias por sus insultos. Significa que estamos haciendo mella en usted. No obstante, le recomiendo que consulte en el diccionario el significado de la palabra racismo. Nosotros, los vallecanos, no estamos en contra de la integración de las personas, pero sí en contra que nos obliguen a convivir con un hipermercado de droga, impuesto por Vd. y los restantes miembros del gobierno regional. El reclamarles el desmantelamiento de la Rosilla no creo que signifique racismo, sino exigir nuestro derecho a que podamos pasear con nuestros hijos sin miedo a encontrarnos con jeringuillas y poder educarles en un ambiente sano en todos los sentidos. Porque, Sr. Cortés, recuerde que esa España de pandereta, a la que Vd. aludía, le ha puesto a Vd. y a su jefe en sus cargos y que Vd. se debe a este maravilloso pueblo de Madrid en el que estamos integrados los vallecanos. Estimado "Señor", de cortés sólo le queda el apellido.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de marzo de 1999