La juez que instruye la causa por la muerte de un niño de cuatro años que murió ahogado en julio del año pasado en la piscina de Can Dragó de Barcelona interrogó ayer a dos de los tres socorristas de la instalación. Uno de ellos explicó que en el momento del accidente sólo había dos vigilantes en el recinto porque el tercero se hallaba en la enfermería atendiendo a una niña que se había caído. Por este caso están inculpados la monitora de la guardería a la que acudía el niño fallecido, Albert L. T., un socorrista de la piscina y el secretario general de la Unió Barcelonina de Activitats Esportives (UBAE), empresa que gestiona esta piscina municipal. El segundo socorrista de las instalaciones manifestó ayer a la juez durante el interrogatorio que juzgaba "suficiente" el número de vigilantes -tres- que tienen las piscinas de Can Dragó, aunque el vigilante imputado en la causa opinó en su día lo contrario. El segundo socorrista testificó que cuando el niño fallecido fue sacado del agua aún tenía pulso y agregó que, mediante el boca a boca, le "sacaron bastante agua y comida", aunque todas las maniobras de reanimación resultaron insuficientes para mantener al niño con vida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de marzo de 1999