Las cifras de audiencia han demostrado en EEUU que alguien se equivocó cuando decidió trasladar la noche de los Oscar del lunes al domingo: se perdió un 21% de la audiencia del año anterior. La cadena ABC, propietaria de los derechos, se arriesgó a cambiar la tradición. Con ello logró el efecto contrario al que perseguía: sólo consiguió 70 millones de espectadores en todo el país. En la gala del 98, la titanicmanía se tradujo en una audiencia de casi 90 millones de personas.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de marzo de 1999