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Crítica:

Todo está oscuro

22.45 / Drama / La 2 España, 1995 (91 minutos). Directora: Ana Díez. Intérpretes: Silvia Munt, Diego Achury, Valeria Santa, Klara Badiola, Robinson Díaz, Moisés Rodríguez, Kike Díaz de Rada.Ana Díez deja pasar siete años desde su primera película (Ander y Yul) y, de nuevo, la violencia (así, en genérico brutal) es el argumento que zarandea a unos personajes sin opción. Una ejecutiva se traslada a Bogotá al enterarse de la muerte de su hermano. Una vez allí, ni una prenda de su viejo equipaje servirá para entender un mundo magnético y salvaje con sus propias e intraducibles reglas. Desde aquí, una gélida Silvia Munt conduce un viaje a los infiernos. La propuesta de la directora acepta todos los riesgos y, entre la ficción y el documental, ensaya una difícil aproximación a un asunto tan fascinante como finalmente extraño. Precisamente es en este equilibrio no siempre conseguido entre lo cercano y lo incomprensible donde la película rompe, incapaz por momentos de acercar al espectador un mundo que permanece ajeno.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de marzo de 1999