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Expectativas incumplidas

Albert Boadella, director del grupo Els Joglars y autor y dramaturgo de todos sus espectáculos, pone el dedo en la llaga al plantear los recovecos y peligros a los que se enfrenta este periodo de euforia escénica.Por un lado afirma sentirse optimista ante la nueva situación: "Está muy bien que cada vez se llenen más los teatros..., la gente se harta y quiere ver a un tío en bolas contando una historia, la situación no puede ser más extraordinaria, técnicamente todo está siendo infinitamente mejor y ello se corresponde con un momento en el que un sector de ciudadanos necesitan del ritual del directo, pero otra cosa bien distinta es que nosotros cumplamos las expectativas", dice Boadella para quien el gran peligro del futuro de la escena está en la conversión del teatro en un gran parque temático: "Hay demasiados intentos de que nuestro oficio termine siendo un parque de atracciones, con muchos medios, pero..., cada vez estoy más por un teatro prácticamente desnudo en el que se digan cosas, sería mucho mejor porque el público podría imaginar y eso es lo que quiere, el espectador desea un papel activo".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de marzo de 1999