Con la periodicidad propia del calendario sindical se viene planteando el sueldo de los políticos, generalmente de los parlamentarios. Según quién se considera que andan arreglados con sus estipendios o, por lo contrario, se estima que con esos dineros -digamos 60.000 duros mensuales- no se puede pedir plena dedicación a personas muy cualificadas con claras opciones de mejorar esos ingresos en sus actividades privadas. Creo personalmente que no están bien pagados aquellos que trabajan con eficacia y es un gaspillage la retribución de cuantos se limitan a calentar escaños. Lo malo es que nadie se quiere dejar el modesto momio, lo que delata que ese es el precio del mercado. Sin embargo, si se quiere cualificar el gremio habrá que ir pensando en pagar mejor para que las Cortes -por ejemplo- o el Consejo Jurídico de la Comunidad (¡qué estipendios más injustos los suyos!), no sean un reducto de parados o descalificados. La pobreza de espíritu sólo produce pobres.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de marzo de 1999