ADOLF BELTRAN Ellos lo empujan y puede acabar arrollándolos. La divinidad que transporta esconde deficientemente el rostro de la ambición. Algunos dirigentes socialistas tratan de abrirse paso hacia el poder atropellando a quien se pone enmedio. Como en el mito bramánico de Juggernaut, donde la imagen de Krichna sale en procesión sobre un carro que va aplastando fieles, el PSPV también sacrifica a aquellos que se acercan demasiado a las ruedas. Así cayó Romero hace una semana, tratando de combatir la fascinación del partido por ese culto suicida. Seguro que a Carmen Alborch no le hace gracia verse formando parte de semejante escena, pero no puede huir. La han metido en la ceremonia y ha de decidir cuál es su papel en ella. Si va de candidata frente a Zaplana, se alegrarán la militancia y el electorado. No tanto Antoni Asunción (aunque tal vez sí Ciprià Ciscar). Si dice que no, el ex ministro se montará en el carro sin reparar en el crujir de huesos bajo las ruedas. Michels ya señaló que la dinámica interna de los partidos políticos conduce con frecuencia a que sus dirigentes confundan las actitudes y las concepciones de la organización con sus intereses personales. Después de negárselo al secretario general dimitido, y en el caso de que la ex ministra se decida, parecería una ingenuidad pedir que le concedan a Alborch un margen para confeccionar un equipo propio en su candidatura, con el que pueda intentar conectar con la sociedad. Las oligarquías del partido recurren in extremis a una independiente para resolver el desastre que ellas han propiciado y tienen, además, la siniestra intención de ponerle a Asunción como guardaespaldas, mientras el Juggernaut rueda enloquecido. Resulta difícil mantener ciertas ficciones en unas circunstancias como las que han desencadenado la crisis que los socialistas valencianos se ven obligados a remendar apresuradamente estos días. Desde la calle, la impresión no puede ser más triste. Más allá del partido, hay vida inteligente, también en la política. Como diría Mulder, "la verdad está ahí fuera".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de abril de 1999