El Papa lanzó ayer "un llamamiento apremiante" al presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, para que permita la apertura de un "corredor humanitario" que facilite la ayuda a "la población hacinada a lo largo de la frontera de Kosovo". "Para la solidaridad no pueden haber fronteras, son siempre necesarios los corredores de esperanza", afirmó Juan Pablo II, para quien "la paz es posible, apremiante y responsabilidad de todos".En un mensaje leído en la plaza de San Pedro de Roma tras la bendición urbi et orbi, al término de la misa pascual, el Pontífice dijo que sintió "el deber" de apelar a "las autoridades de la República Federal de Yugoslavia", que había iniciado ya con el gesto de orar "por la paz en los Balcanes". El Papa apeló a la "solidaridad de todos" para ayudar a los refugiados, sin renunciar a un nuevo llamamiento "para que la paz y la hermandad recuperen la palabra". "¿Cuándo se quebrará la espiral diabólica de las venganzas y de los absurdos conflictos fratricidas?", se preguntó.
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El Vaticano, que mantiene una intensa labor diplomática ante el régimen yugoslavo, ha conseguido que Milosevic aceptase, en la entrevista que mantuvo la semana pasada en Belgrado con el emisario papal, Jean-Louis Tauran, la entrada en Kosovo de la Cruz Roja, según reveló ayer el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Lamberto Dini.
"Bloqueo total" a Serbia
Precisamente Dini acaba de proponer a la comunidad internacional que Serbia sea sometida a un "bloqueo total", ya que si los ataques de la OTAN no obtienen los resultados previstos en un tiempo razonable "no se podrá bombardear hasta el infinito". En una entrevista publicada ayer por el Corriere della Sera, Dini expresa su deseo de que la estrategia militar aliada baste para doblegar a Milosevic. Pero "si eso no sucede en un plazo breve, la alternativa podría ser el embargo total: un aislamiento del mundo que impida el paso de hombres y cosas, cortando todos los suministros, a excepción de la comida y las medicinas".Esta propuesta se inspira, según el jefe de la diplomacia italiana, en "el ejemplo de Cuba durante la crisis de los misiles en 1962". "Kennedy podía elegir entre la invasión, los bombardeos y el bloqueo naval. Eligió éste y funcionó", argumenta Dini, para quien "se podría obtener el acuerdo de Rumanía, Bulgaria, Macedonia y Albania", aunque también plantea que, para que surta efecto, "el embargo debería contar con la participación de Montenegro".
"Sería una forma incruenta de hacer la guerra a Milosevic, de impedirle que continúe su ofensiva en Kosovo. Serbia debe importar carburante para alimentar su máquina bélica", concluye el ministro de Exteriores italiano, quien tiene previsto presentar en breve su propuesta a los países de la Alianza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de abril de 1999