La empresa propietaria del vertedero de residuos tóxicos y peligrosos de Real de Montroi, cerrado desde octubre de 1997 por decisión unilateral del consistorio, lo tiene muy claro: tarde o temprano, en cuanto se resuelvan los dos recursos contenciosos administrativos interpuestos en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana, el depósito de seguridad volverá a ser abierto. Y la orden de clausura saldrá bastante cara al municipio puesto que VER, SL, la firma propietaria, tiene intención de exigir una indemnización tanto por las pérdidas ocasionadas como por el lucro cesante. Una cuantía que podría elevarse por encima de los 100 millones de pesetas por cada año que esté inoperante, según una estimación del director de la firma, Francisco García Ferriz. Para la empresa propietaria del vertedero, la irresponsabilidad de la alcaldesa y de los concejales que aprobaron en pleno el cierre será "injustamente gravosa para los ciudadanos". Por este motivo, además de los contenciosos, VER todavía mantiene viva una denuncia por prevaricación contra los munícipes (dos tránsfugas ex socialistas, dos ediles del PP y uno de UV) y contra el abogado asesor en la que solicita que éstos hagan frente con su patrimonio a la indemnización. En cuanto al reciente auto del TSJ sobre el contencioso que cuestiona la decisión municipal de imponer una multa a VER de 130 millones de pesetas (el otro caso abierto versa sobre la decisión de cierre), la empresa le quitó importancia. En dicho auto, y a falta de una resolución definitiva, el alto tribunal mantenía cautelarmente la decisión del consistorio y ordenaba una fianza por la cuantía íntegra de la multa. Sin embargo, VER estima que el TSJ desconoce que la vía administrativa para ratificar la multa ya se agotó cuando la Consejería de Medio Ambiente informó desfavorablemente (en julio de 1998) sobre el pago de la sanción, puesto que un municipio no puede imponer una multa tan alta sin autorización del Consell. VER ya ha enviado al TSJ el acuerdo contrario a la multa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de abril de 1999