Más de doce horas permaneció cortada la circulación ferroviaria en la línea Madrid-Irún a causa del descarrilamiento, en la estación de Robledo de Chavela, de una locomotora que remolcaba un tren de mercancías. El descarrilamiento, sin víctimas, se produjo a las dos de la madrugada del martes durante el trasvase de vías de la locomotora afectada, bloqueó la línea en ambas direcciones, y provocó retrasos a los viajeros usuarios de la línea, a pesar del anuncio de Renfe de facilitar su transporte mediante autobuses. En la tarde de ayer, sólo una de las dos vías afectadas había quedado expedita al tránsito de trenes, lo que ocasionó otros retrasos.
La situación del tráfico ferroviario comenzó a normalizarse sobre las nueve de anoche.
El descarrilamiento de la locomotora, procedente de Valencia con destino León y que circulaba vacío, se produjo cuando el convoy fue a efectuar el cambio de una a otra vía, lo que provocó el bloqueo en ambas direcciones.
La compañía Renfe anunció por la mañana, mediante un portavoz, que los viajeros de los trenes regionales estaban siendo trasladados en autobuses desde las estaciones de Navalperal de Pinares, en la provincia de Ávila, cercana al lugar del descarrilamiento, y la de San Lorenzo de El Escorial, en la Comunidad de Madrid. Los trenes de largo recorrido que acostumbran surcar esa línea fueron desviados por la localidad de Aranda de Duero, en la provincia de Burgos.
Media docena de agentes de policía intentaron apaciguar el ánimo de los aproximadamente sesenta viajeros que tenían previsto tomar a las 14.53 de ayer el tren Regional Express que, procedente de la estación de Madrid-Chamartín, se dirigía a la estación alavesa de Vitoria. Este convoy no emprendió su viaje hasta casi dos horas después de la partida prevista.
Los viajeros, en ocasiones enardecidos, protestaron por lo que consideraron falta de previsión por parte de la compañía ferroviaria. Además, desde la hora en que sobrevino el percance, a juicio suyo, hubo tiempo suficiente como para disponer de un servicio alternativo de autobuses con los que acceder a sus destinos, ya que la interrupción del tráfico ferroviario se prolongó durante media jornada en el lugar de los hechos y causó otros retrasos diferidos en el tráfico ferroviario general. Los trenes afectados por el accidente hasta el mediodía fueron 11, de los cuales cinco se dirigían a Madrid y otros seis, en sentido contrario.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de abril de 1999