"Como ya dije en su día, nadie podría salir políticamente vivo si se hubiese convertido en un obstáculo para el Museo Picasso". Con estas palabras preludió Carmen Calvo el anuncio de recepción de las licencias municipales de derribo de dos edificios adyacentes al Palacio de Buenavista. Estas demoliciones son necesarias para la ampliación del recinto que albergará el Museo Picasso de Málaga, proyecto estrella de la Consejería de Cultura para esta legislatura. Los derribos habían provocado una importante polémica política en el Ayuntamiento de Málaga, que los aprobó por unanimidad de todos los grupos pese a las advertencias de posible ilegalidad de los técnicos municipales, ya que el Plan Especial del Centro Histórico de Málaga contempla que esos solares fueran convertidos en vial. El Plan de la Judería hubiera cambiado los usos y hubiera despejado todas las dudas, pero la oposición lo bloqueó hace un mes. Por ese motivo, la alcaldesa, Celia Villalobos, acusó al PSOE de obstaculizar las obras del museo. Christine Picasso y Carmen Calvo dirigieron una carta a Celia Villalobos donde se le advertía de las consecuencias de paralizar un proyecto de semejante envergadura.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de abril de 1999