Los juzgados penales de Girona han decidido que toda la ropa de marcas falsificadas que se decomise en la provincia se enviará a los colectivos necesitados del Tercer Mundo, según explicó ayer el juez decano, Carles Cruz. En este sentido, 4.000 prendas textiles intervenidas por el Juzgado de lo Penal número 2 de Girona, que procedían de una empresa que se dedicaba a falsificar marcas deportivas, han sido enviadas a un campamento de refugiados saharianos a través del Fondo Catalán de Cooperación. Los juzgados de lo penal han decidido utilizar un precepto legal para destinar la ropa a campañas humanitarias en lugar de destruirla, como se hacía hasta el momento. El pionero de la iniciativa ha sido el titular del Juzgado número 2, Amador García Ros, para evitar que este material sea destruido y para conseguir que lo puedan utilizar personas que realmente lo necesitan. Lo mismo ha hecho otro magistrado de Barcelona. Para evitar que se vuelva a comercializar la ropa, la donación se hará a personas necesitadas de fuera de España a través de organizaciones no gubernamentales y se eliminará la marca de todas aquellas prendas en las que sea posible hacerlo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de abril de 1999