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Chile recurrirá a un arbitraje internacional para dirimir la situación de Pinochet

En un nuevo paso para obtener el regreso del general Augusto Pinochet a su país, el Gobierno de Chile recurrirá a un arbitraje internacional con España y el Reino Unido para dirimir la situación jurídica del ex dictador detenido en Londres desde hace seis meses. Si el arbitraje no prospera se llevará el caso Pinochet ante el Tribunal Internacional de La Haya. El ministro de Asuntos Exteriores, José Miguel Insulza, anunció ayer la decisión del Ejecutivo chileno amparándose en la Convención Internacional contra la Tortura, firmada por España, Chile y el Reino Unido en 1988.

La Cámara de los lores aplicó este mismo tratado el pasado 24 de marzo cuando dictaminó que Pinochet es extraditable a España por los delitos que se le imputan durante la dictadura con posterioridad a diciembre de 1988. Al firmar la convención, Chile dejó en reserva el artículo 30, que establece un mecanismo de solución de controversias. Ahora, el presidente Eduardo Frei acaba de autorizar "un decreto para que la reserva quede sin efecto y se pueda acudir al arbitraje", señaló Insulza. Dicho mecanismo fija un plazo de seis meses para que las partes establezcan independientemente la forma de llevar a cabo el arbitraje. La nueva estrategia, diseñada por el equipo de expertos de la cancillería chilena -el llamado comité de crisis- pretende contrarrestar la decisión del pasado 15 de abril del ministro británico del Interior, Jack Straw, de proseguir con el proceso de extradición de Pinochet. Medios jurídicos chilenos contrarios a la postura gubernamental señalan que el objetivo del Ejecutivo es negociaciar con las autoridades de Reino Unido y España para obtener una salida al caso Pinochet.

Motivaciones humanitarias

La presión se traslada ahora al ámbito del arbitraje internacional, inexplorado hasta el momento. En cualquier caso, el litigio no tiene efecto alguno sobre el proceso de extradición, que sigue su curso. Insulza dijo una vez más que su Gobierno utilizará todos los medios políticos y jurídicos a su alcance y no descartó esgrimir en un futuro las motivaciones de corte humanitario para lograr la libertad de Pinochet. Mientras el ministro hablaba con la prensa, el jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta, se reunía con el cuerpo de generales a quienes informó de su reciente viaje a Londres para expresar el respaldo del estamento militar al exdictador.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de abril de 1999

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