Apuntándose al autoritarismo creciente, un diario capitalino disminuye y hasta elimina cada vez con mayor frecuencia el pequeño espacio -menos de un 0,25%- que "concede" a la opinión de sus lectores. El pasado 8 de abril veo con consternación que EL PAÍS lo imita, suprimiendo esa sección para colocar otra opinión "autorizada" más sobre la guerra en Yugoslavia. ¿Será eso una prueba más de que la primera víctima de los conflictos bélicos es, con la verdad, la democracia?-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de abril de 1999