Escasez de suelo, numerosos pisos deshabitados, precios desorbitados de las viviendas... Ante este panorama, el Gobierno reacciona, pero al revés. En vez de incentivar el alquiler de viviendas, única posibilidad para muchos jóvenes de acceder a la primera vivienda, elimina la deducción por alquiler de vivienda en la regulación del nuevo impuesto sobre la renta. La excusa del establecimiento del mínimo vital en dicho impuesto no es válida, ya que apenas cubre la renta anual de un piso más que modesto.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de abril de 1999