Hotel Calamidad es un edificio en medio del desierto. Su oferta va más allá del alojamiento en un lugar propicio para el descanso: promete una terapia para cambiar la personalidad. Éste es el argumento del último montaje teatral del grupo granadino Lavi e Bel, que pudo verse ayer en San Sebastián y hoy y mañana regresa con nuevas funciones a la casa de cultura de Lugaritz (20.30). Sobre el escenario, cinco actores dan vida a una treintena de personajes, en una obra cómica con un toque surrealista. El líder del grupo, Emilio Goyanes, desgranó ayer en San Sebastián las líneas maestras de su espectáculo, que se estrenó en julio de 1998 en Córdoba, después de un intenso trabajo de equipo para perfilar los personajes y concretar el guión. Y es que los actores son la base de todo el montaje; cambian de piel en innumerables ocasiones para contar la historia de una familia que ve cómo el dueño del peculiar hotel que regentan quiere cerrar el negocio. En todo caso, el argumento es la excusa de una pieza cómica. "El humor", dijo ayer Goyanes, "está en todos nuestros trabajos porque es un punto de vista importante de la realidad".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de abril de 1999