Francisco Álvarez-Cascos estudiaba "lo justo" y solía recibir malas calificaciones en conducta durante su etapa escolar. El vicepresidente primero del Gobierno lo desveló ayer a preguntas de cuatro alumnos del colegio público Aurelio Menéndez, de San Antolín de Ibias, en el suroccidente de Asturias, en una entrevista que concedió a la radio-televisión de este centro educativo, cuya programación es seguida con interés por los vecinos de este municipio rural y montañoso, distante casi tres horas de coche de Oviedo. Álvarez-Cascos reconoció que, de niño, sus "notas de conducta eran regulares" . "Yo era muy inquieto y me gustaba hablar con el compañero" de pupitre, "algo que entonces estaba prohibido". No hacía novillos, pero era un estudiante "regular". "Yo estudiaba lo justo para que no me quedasen asignaturas para septiembre. Procuraba divertirme y hacer deporte, sobre todo balomnano". Aun hoy sigue opinando que "la vida no es sólo trabajo". "La gente que sólo piensa en el trabajo no funciona del todo bien. Vosotros tenéis que trabajar, estudiando y ayudando en vuestras cosas, pero tan importante como el estudio es el descanso y la diversión", dijo. Las suyas, dijo, son la pesca, pero también la caza y el fútbol. Sportinguista convicto, desveló que pasa los domingos pegado a la radio para saber cómo va el Real Sporting de Gijón. Interrogado por Rocío Cardes Castellanos y Pablo Álvarez Méndez, ambos de 11 años y estudiantes de sexto curso de Enseñanza Primaria, y por Jairo Uría González, de 13, alumno de segundo curso de Secundaria, y Noelia Queipo González, de 16, que cursa cuarto de Secundaria, el vicepresidente afirmó que la política es cuestión de sentido común y no de genialidad. "Así como en la ciencia, el arte, la cultura.... se necesitan genios, en la política lo que se precisa es gente con sentido común porque los genios en política suelen ser un desastre. La política es pensar en los problemas que tiene la gente y tratar de arreglarlo. Para eso no se necesita tener una titulación o una profesión determinada. Basta la "universidad de la vida", aunque la formación es necesaria porque la instrucción es la base de todas las oportunidades".-,
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de abril de 1999