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Una secta provoca la mayor manifestación en China desde 1989

Más de 10.000 seguidores de Falungong (secta cuyo líder, Li Hongzhi, predica desde Estados Unidos la salvación en un mundo de drogas, televisión, rock y homosexualidad al borde del abismo), se manifestaron ayer frente a las sedes del Partido Comunista y del Gobierno, en lo que supone la mayor protesta popular que se celebra en Pekín desde los sucesos de Tiananmen, en 1989. Los manifestantes pedían audiencia con el primer ministro, Zhu Rongji, reconocimiento oficial para su credo y la liberación de numerosos adeptos detenidos la semana pasada en Tianjin.

Los congregados se dispersaron después de haber permanecido más de diez horas alrededor del recinto donde se encuentran las sedes de los principales órganos de gobierno, fuertemente custodiado por la policía.

La concentración se desarrolló de manera pacífica y los participantes se limitaron a permanecer en silencio, sentados o de pie. Las autoridades chinas, temerosas por la amenaza que suponen las sectas en China, acusan a Falungong de propagar supersticiones, aunque sus adeptos, que dicen ser 100 millones en todo el mundo, aseguran que no se trata de una religión, sino de un sistema de meditación y de ejercicios.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de abril de 1999