Jorge Silva, capitán de la Fuerza Aérea chilena dado de baja y condenado a 20 años de prisión por un consejo de guerra, denunció ayer ante el juez Baltasar Garzón la aplicación de torturas contra 25 oficiales y 80 suboficiales de dicha fuerza tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Silva fue detenido el 9 de octubre de 1973 y sometido a golpes y electrochoques eléctricos hasta que fue juzgado y condenado a 20 años de prisión. En 1977, el regimen militar dejó a Silva y otros 25 oficiales cumplir la pena en el exilio.
"Los servicios de represión se convirtieron en dueños de la noche tras el golpe militar", recordó Silva ante el juez. "Durante el mes en el que todavía estuve libre, nunca vi militares heridos, nunca hubo rastro de resistencia armada. Es que no hubo nada de eso. El general Pinochet fue, como solemos decir, responsable de lo que pasaba y de lo que dejaba de pasar.Nada hizo para frenar la tortura y las matanzas".
Silva dijo a éste periódico que sentía vergüenza por la visita del general Izurieta a Pinochet en Londres y se declaró seguro de que el ex dictador nunca será juzgado en Chile.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de abril de 1999