Los trabajadores de Jerez Industrial protagonizaron ayer las primeras movilizaciones convocadas en protesta por la delicada situación que atraviesa la firma de artes gráficas y cartonajes. La plantilla al completo decidió paralizar la actividad en los centros de trabajo a las 12.00 y se dirigió junto a algunos familiares a las bodegas González Byass, cuyos propietarios son también accionistas de Jerez Industrial. La marcha, compuesta por unas 300 personas, invadió las oficinas de la empresa vinatera, donde se produjeron algunos conatos de enfrentamiento con el personal de seguridad, momento que recoge la fotografía. Los afectados abandonaron su postura tres horas más tarde al no encontrarse en el lugar los directivo de GISA con los que pretendían mantener un encuentro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de abril de 1999